"Cristina Fernández Cubas revisita la infancia y la madurez, la soledad y la familia, la cotidianidad de nuestras casas y nuestras ciudades y nos descubre que en todos ellos tal vez aniden inadvertidos el misterio, la sorpresa y el escalofrío"--Cover, page 4.
El exquisito sabor de una mermelada de fresa elaborada sin fresas, el incómodo recuerdo de una maestra irascible en un aciago primer día de clase, las sombras de un pasado familiar desterrado al olvido por voluntad de una madre muerta, inducen a Adriana a
En "El año de Gracia", un joven seminarista se embarca en una extraña aventura en un mundo sin nombre, lleno de elementos clásicos como tormentas y naufragios, pero filtrados por el estilo onírico de Cristina Fernández Cubas. La novela ofrece una inquietante exploración de la libertad y el misterio.