Para nuestros mayores la mejor escuela ha sido la vida misma y las mejores clases esos raticos de tertulia alrededor del fogaril que resultaban tan provechosos, momentos idóneos para recordar parentescos, contar chistes y adivinanzas, rememorar cuentos y leyendas. Pues han sido estas reuniones de hace más de medio siglo, atesoradas en la lúcida memoria de Raúl Giral Palacio, la rica fuente que ha abastecido a esta obra.
