Antonio Manzini Orden de los libros

El verano de 2007, en plena canícula romana, Rocco sufre una fuerte sacudida que lo deja aturdido y desconsolado: Marina se ha marchado de casa, triste y desengañada tras descubrir que el elevado tren de vida que llevan se basa en los trapicheos de Rocco y sus amigos de la infancia. Sumido en la desesperación, el subjefe debe investigar la muerte de dos estudiantes de Derecho, asesinados de forma tan violenta que todos los indicios apuntan a un ajuste de cuentas. Después de semanas de intensas pesquisas, en las que logra destapar las conexiones internacionales de una red de narcotraficantes, Rocco obtiene la información suficiente para interceptar un cargamento de droga. Sin embargo, aunque lo ignora, acaba de dar un paso decisivo hacia el precipicio: al asestar el golpe de gracia a la trama criminal, ha firmado una sentencia de muerte cuyo legado será una guerra sin cuartel que se dilatará durante diez años hasta alcanzar los fríos parajes de Aosta.

Unos da̕s despuš de haber liberado a Chiara Berguet, el subjefe Rocco Schiavone se encuentra muy afectado por un hecho que no le deseara̕ a nadie: la muerte, en su propia casa, de la compaęra de un amigo de Roma, acribillada con balas que iban destinadas a ľ. Pero cuando la depresin̤ amenaza una vez ms̀ con doblegarlo, Rocco echa mano del mejor recurso que conoce para combatirla: expresar su ira contra todo el mundo, transmutada en una irona̕ capaz de herir ms̀ hondo que una navaja. Por fortuna, los agentes de la comisara̕ de Aosta, que estǹ aprendiendo a convivir con la coraza de espinas que recubre el corazn̤ malherido de su jefe, saben tomr̀selo con filosofa̕ y aguantar el chaparrn̤. As ̕que, cuando Rocco sale del pozo, lo animan a emprender la bs︢queda del asesino, que, al discurrir entre Roma y Aosta, se convierte en una dolorosa exploracin̤ de su pasado, un viaje en el tiempo que es como una herida abierta sobre una llaga que sigue sangrando. Y por si fuera poco, el caso de otro finado, al que en un principio se haba̕ dado carpetazo como vc̕tima de un infarto, aterriza sobre su mesa para avivar su irritacin̤. Y con ľ, un nuevo viaje, en esta ocasin̤ al sector ms̀ acomodado de la ciudad, el de los que estǹ fuera de toda sospecha, los que creen que pueden disponer de la vida humana como si de un peluche se tratara