Maldad bajo el sol

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Imposible creer que allí pueda cometerse un crimen. Es un lugar precioso. Con un sol radiante en lo alto del cielo y un mar que rebosa azules. Una playa estupenda y un hotel lujoso, de ambiente simpático y espléndida cocina. Es el sitio ideal para que pasen unas vacaciones divertidas acaudalados financieros, prósperos comerciantes, modistas de lujo, opulentos rentistas. También pastores protestantes... y detectives. Reinan la pas, la alegría y la despreocupación. Sin embargo, la naturaleza humana es la naturaleza humana. Caldo de cultivo en el que la codicia se agita, las pasiones hierven y los vapores de la maldad se filtran por todas partes, bajo el sol. Aquí, la maldad parece centrarse en Arlene, la bella esposa del Kenneth Marshall a la que todos desean. Mujer fatal que, acaso castigo a su carácter licencioso, aparece estrangulada junto al mar. Se trata de un asesinato, pero todos los sospechosos tienen coartada. Sin embargo, el detective, Hércules Poirot, sabe ver más allá de las apariencias. Advierte que la <> es en realidad una víctima. Se percata de que aquel es un crimen minuciosamente planeado y cronometrado. Comprende que es la obra de arte de un genio. Sí, se trata de algo que parece creado para que Poirot se luzca y el lector se intrigue, se emocione, se desconcierte, se sorprenda... Y disfrute. * Fuente: solapa del libro.