El arquitecto del faraón

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En el año 2700 a.C. Djoser, el nuevo faraón, tras haber logrado impulsar un periodo de paz y prosperidad en el Doble País que se extiende a lo largo del Nilo, encargó al arquitecto Imhotep la construcción de la gran obra de su reinado: una imponente pirámide en Saqqara. Pero una sucesión de siniestros acontecimientos —niños desaparecidos, horribles asesinatos, accidentes mortales, voraces incendios— obstaculizarían una y otra vez las obras. Todo inducía a pensar que la ambiciosa empresa contravenía los designios del dios Horus.