El origen volcánico de las Islas Canarias crea un paisaje submarino que, a primera vista, parece robusto y masivo. Sin embargo, se trata de arrecifes de pronunciada pendiente, rodeados de aguas azul marino y extensas superficies de arenas blancas. También encontramos lechos de algas marinas que se extienden hasta 40 metros de profundidad. Este impresionante entorno alberga un ecosistema frágil, hogar de una increíble variedad de peces, invertebrados y plantas. Pero, ¿por cuánto tiempo? Es nuestro deber preservar estos tesoros para nuestro disfrute y el de las futuras generaciones. Si no lo hacemos nosotros, los amantes del buceo, ¿quién lo hará? La preservación de este maravilloso ecosistema es vital, no solo para quienes bucean, sino también para aquellos que solo observan la superficie del agua. La importancia de cuidar este entorno es evidente, ya que un mar muerto no atraerá a nadie. La responsabilidad recae en nosotros, los buceadores, para asegurar que estos tesoros naturales continúen existiendo y sean disfrutados por todos.
