Austral Educación - 21: Historia de una escalera
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Antonio Buero Vallejo fue un dramaturgo español que empleó el simbolismo para diseccionar España durante y después de la era de Franco. Sus obras a menudo lidiaron con los desafíos de la sociedad española, infundiendo constantemente temas trágicos con un sentido de esperanza para el futuro. Vallejo utilizó magistralmente el simbolismo sensorial, como la "oscuridad ardiente", para representar las sombrías circunstancias de la nación, estableciéndose como una voz vital en el teatro español que utilizó el arte como medio de crítica en medio de la censura.
Antonio Buero Vallejo señala, desde sus primeros textos teóricos, la obligación que tiene el creador de buscar modos de expresarse en una sociedad violentada por imposiciones censoriales. Sus estrenos teatrales tuvieron a veces una dimensión política, ya que constituían una forma de resistencia cívica y afirmación ética, en una dictadura que no permitía otras manifestaciones de libertad. En «Hoy es fiesta» hay una potente intención social: un grupo de personajes típicos de clase media baja son presentados en un entorno que determina, en cierta medida, su inferior posición. Ellos mismos van mostrando los problemas que les acucian, agravados por el estatismo del mundo que les rodea, las posibles pequeñas soluciones y sus particulares sueños. En «El tragaluz» la rivalidad fraterna remite de inmediato a la que tuvo lugar en la guerra civil y a la difícil convivencia posterior, con especial relieve a través de la figura de El padre.
Vista desde hoy, la España de Carlos III que aquí se recrea aparece como el momento decisivo en que aflora definitivamente el enfrentamiento de fuerzas sociales e ideológicas que iba a dominar la historia de nuestro país hasta nuestro días. Proponiéndose como objetivo convertir el teatro en caja de resonancia de los problemas de nuestro tiempo, la producción de Buero avanza en continua búsqueda de una relación armónica entre la voluntad ética y política, de agitación de las conciencias y una forma dramática de progresiva innovación en el lenguaje teatral. Luis Iglesias Feijoo, catedrático de Literatura Española de la Universidad de Santiago de Compostela y uno de los primeros especialistas en la obra de Buero Vallejo, ofrece aquí una puntual y completa información sobre las fuentes que el dramaturgo utilizó para documentarse y ser fiel al espíritu de la época, a la vez que analiza la dimensión ideológica y artística de la obra.
LA FUNDACIÓN es una de las obras de Buero Vallejo que han alcanzado mayor éxito de público y crítica, tanto por el dramatismo de su trama argumental como por la novedad de los procedimientos técnicos utilizados. Presentada como una fábula, plantea al lector-espectador un choque entre realidad y ficción, que se resuelve paulatinamente a favor de la verdad. Cuando, identificados con el protagonista de la obra, creemos que nos encontramos cómodamente instalados en una Fundación, descubrimos que estamos en una cárcel. Es el reflejo de nuestro mundo y de nuestra sociedad. Introducción y propuestas de trabajo de La fundación a cargo de Raquel Velázquez
Antonio Buero Vallejo (1916-2000) está considerado como el mejor dramaturgo español contemporáneo. En 1933 ingresó en la Escuela de Bellas Artes de Madrid, pero su vocación pictórica fue cortada por la guerra civil de 1936-1939. Dedicado a la soledad, al pensamiento y a la lectura durante muchos años, afloró su vena dramática para bien de las letras españolas. De su trabajo ha surgido el teatro de más altura, tensión y trascendencia de la posguerra española. Con HISTORIA DE UNA ESCALERA, hito en la recuperación teatral de España, ganó en 1949 el premio Lope de Vega. En 1972 ingresó en la Real Academia Española. En 1986 recibió el premio Cervantes y en 1996, el Nacional de las Letras, siendo la primera vez que este premio se concede a un autor exclusivamente dramático.