Este inigualable texto nos habla de la confrontación llena de sentido y del sabor del aventurero pasivo. José Krühl, que se contenta con soñar piratas y abordajes, y del aventurero activo Samuel Eliazar, ocupado, éste sí, en la caza del tesoro. Embarcados en una singladura imposible en pleno siglo XX, cruzarán sus destinos en una isla varada en siglo XVII. Sorprendente adiós al romanticismo y a lo pintoresco, este ingenioso relato contiene toda la poesía de la aventura
