Kim Fleet se nutre de su amplia experiencia en el interior de Australia, donde su formación antropológica y su contacto directo con las comunidades indígenas dotan a sus novelas de crímenes de autenticidad y profundidad. Sus narrativas, a menudo ambientadas en el austero paisaje australiano, exploran no solo el crimen, sino también las corrientes culturales y los entornos únicos. Tras su regreso al Reino Unido, su escritura se centró en misterios más cercanos a casa en Cheltenham, siguiendo los casos del detective privado Eden Grey. Esta habilidad para crear misterios convincentes, profundamente arraigados en escenarios vívidos, la distingue como una narradora singular.
Now known as private investigator Eden Grey, the mysterious death of one of Eden's clients leads her into a web of corruption, murder and human trafficking, while the discovery of two centuries-old skeletons in the grounds of a wealthy Cheltenham school might be of greater relevance than she realises ...