María enfrenta la tristeza por la salud de su madre, quien sufre un aborto espontáneo. En 1913, con su madre postrada, María lleva una reja al herrero Ignaz, quien le ofrece un precio justo. A pesar de las dificultades económicas, la familia sigue adelante. En 1927, tras un robo en la feria parroquial, María lamenta la pérdida de la carne en escabeche.
María asume más responsabilidades debido a la enfermedad de su madre, Bárbara, y la creciente adicción de su esposo, Michael. A pesar de las dificultades, María trabaja en la casa y el jardín. En 1913, busca ayuda del herrero Ignaz para reparar una herramienta, mostrando la lucha constante de su familia en un entorno difícil.
Un joven valiente ayuda, deteniendo un ferry que lucha contra la corriente mientras transporta un pesado vagón. Después de un arduo viaje por tierra, cargan madera en Zell am Ebersberg. A pesar de los desafíos, llegan sanos a Knetzgau. La demolición de una casa cercana deja una escena desoladora, mientras una mujer ríe de la situación.