Brooke Mckinley
Brooke McKinley una vez priorizó la practicidad, eligiendo la facultad de derecho en lugar de su ambición de toda la vida de escribir novelas. Aunque nunca abandonó la escritura, esta se limitaba a notas en blocs legales y párrafos apresurados durante pausas nocturnas para tomar café. Después de una década como abogada defensora penal, Brooke buscó un nuevo camino. Ahora equilibra la crianza de sus hijos con dar vida a los innumerables personajes que habitan su imaginación, habiendo llegado a la conclusión de que la practicidad está muy sobrevalorada.