Fuentes, corrientes, icebergs
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Hans Blumenberg fue un filósofo e historiador intelectual alemán, considerado uno de los pensadores alemanes más importantes del siglo XX. Su obra se adentra en las metáforas y expresiones lingüísticas, que él postuló como el camino más cercano a la verdad y el más alejado de la ideología. El enfoque de Blumenberg, conocido como 'metaforología', investiga cómo el lenguaje y sus giros comunes nos ayudan a comprender el mundo en su realidad más fundamental.







Bajo el planteamiento en torno a la legitimidad las partes de este libro analizan temas relacionados con la constitución de la Edad Moderna, apoyándose en una crítica de ese concepto que es la secularización, mediante el cual la autocomprensión de la modernidad quería tanto liberarse como también cerciorarse de sus vinculaciones retrógradas - ¿cuáles son las condiciones necesarias para que se produzca el desprendimiento de una época respecto a la realidad que la ha precedido? La última parte del libro intentaría ahondar de nuevo en la lógica del cambio de época desde una doble perspectiva - el punto de vista sobre el mundo y el hombre de Nicolás de Cusa y de Giordano Bruno, la preocupación por lo que estaba en trance de desaparición y el triunfo de lo que ya despuntaba despliegan sus diferencias sobre un fondo de cuestiones metafísicas que siguen siendo comunes (Aspectos de un umbral de épocas).
Todo cuanto la imaginación de las cavernas haya podido lograr alguna vez está aquí reunido para una historia de salida y ascenso a la realidad plena, una realidad aliada con aquello que, justamente en este punto, Platón parece haber olvidado en su monumental caverna: el recuerdo -- Provided by the publisher
El presente libro desarrolla un análisis en torno a los factores que agudizan el conflicto derivado de la apertura de las tijeras del tiempo. La experiencia del mundo en el decurso de una vida se va empequeñeciendo a pesar de los mecanismos disponibles para ganar tiempo, para subsanar déficits vivenciales que afectan a todo individuo aunque no sea más que en forma de crisis generadas por la conciencia de que una sola vida, la única que se tiene, no es suficiente para lograr una vivencia comprehensiva de lo que llamamos mundo.
En el legado intelectual de Hans Blumenberg apareció una carpeta con la signatura ±GT, que con tenía alguno de los breves escritos aquí recogidos acerca de la historia espiritual de la técnica. En pocas páginas Blumenberg expone con sus habituales, agudas y sabias meditaciones por qué una historia del espíritu como la que él plantea más allá de la historia de la técnica al uso no puede ser ignorada. Aún está por descubrirse la importancia que Hans Blumenberg tiene, en el panorama actual, como pensador destacado en el desarrollo de la historiografía de las ciencias naturales y de la técnica. Los textos que conforman este volumen fueron reunidos por primera vez (2009), en forma de libro, junto a una larga ponencia y su correspondiente debate, en la edición alemana de la que han sido traducidos. ±La técnica es un elemento constitutivo de la Edad Moderna. ±¿Puede el ser humano contar con que en la estructura del mundo se le ha tenido, de alguna manera, en consideración? ±No es el mundo el que adjudica al hombre su rango, sino que es el hombre quien proyecta sobre el mundo su propia autocualificación
¿Qué queríamos saber? Así podría enunciarse la pregunta que, dos siglos después de la Crítica de la razón pura de Kant, ha reemplazado a su pregunta fundamental: ¿qué podemos saber? O bien: ¿qué parecía ofrecer el saber cuando hacía sus promesas? ¿Cómo debería presentarse el mundo para que el encuentro con la incertidumbre dejara de generar malestar? Preguntas de este tipo nos sitúan ante un abismo tan profundo que resulta prácticamente imposible acceder al otro lado. Sin embargo, existe un procedimiento capaz de descubrir las huellas de tales deseos y aspiraciones: la metaforicidad, es decir, el convencimiento de que todo lo que podemos saber acerca de nosotros mismos encuentra su mejor expresión en determinadas metáforas. A partir de ahí, las huellas nos llevan hasta donde los deseos se han formado y siguen anidando, en busca de una determinada legibilidad del mundo. Es cierto que bajo ese epígrafe sólo pueden abordarse episodios, nunca totalidades. Pero siempre serán un hilo conductor, indicadores de una cierta continuidad, de una estrategia: renunciar al dominio de la naturaleza para ganar su confianza, conocer el verdadero nombre de las cosas en lugar de las fórmulas exactas para su producción, vivir su expresividad y no su química, conocer su sentido global más que sus partes...
Considerada por algunos como un auténtico «manifiesto» del proyecto blumberguiano, esta obra es un intento de responder a la pregunta sobre la legitimidad de las metáforas en el lenguaje filosófico. Este planteamiento implica un ideal filosófico y histórico-filosófico, marcado por la conciencia metodológica cartesiana y husserliana, que prioriza la precisión terminológico-conceptual como un ideal epistémico. Como resultado, se niega o se reduce la legitimidad de formas de lenguaje que, por su carácter impreciso o traslaticio, no logran alcanzar la claridad intelectual de un contenido mental reducible a fórmula. Blumenberg, filósofo ante todo, acumula conocimientos en diversas áreas como la historia, la antropología, la literatura, la filología, la astronomía, la música y la teología. Estos conocimientos se entrelazan en textos crípticos, nerviosos y lúcidos, repletos de referencias cuya conexión solo el lector puede proyectar. Sin embargo, no son estos aspectos los que más han configurado su imagen intelectual. En cambio, son sus proyectos «metaforológicos» y sus investigaciones sobre las metáforas y su función en la vida del espíritu los que le han ganado el respeto de sus pares.