Compra 10 libros por 10 € aquí!
Bookbot

Pontus Sánchez Giménez

    1795
    Aurora boreal
    1794
    Mentiras consentidas
    • Mentiras consentidas

      • 560 páginas
      • 20 horas de lectura

      Los días de Sebastian Bergman en la Unidad de Homicidios han terminado y ahora dedica su tiempo a impartir conferencias y a escribir libros. Tras los acontecimientos vividos en Castigos justificados, lleva meses sin noticias de Vanja y la única persona del equipo con quien tiene contacto esporádico es Úrsula. Vanja tampoco sigue en la Unidad: ahora trabaja como investigadora criminal en Uppsala. Desde el mes pasado, está investigando una serie de abusos a mujeres. Cuando una de las víctimas muere, la Unidad de Homicidios pasará a encargarse del caso y, muy pronto, también Sebastian Bergman. Reunidos, el equipo debe dejar de lado sus problemas y conflictos personales para atrapar al brutal asesino que sigue atemorizando Uppsala. Todo se complica cuando las pistas indican que las víctimas no han sido seleccionadas al azar. ¿Pero cuál es la conexión entre ellas? ¿Y quién se está tomando tantas molestias para que no se establezca dicha conexión?

      Mentiras consentidas
    • El cuerpo de Viktor Strandgård, el predicador más famoso de Suecia, yace mutilado en una remota iglesia en Kiruna, una ciudad del norte sumergida en la eterna noche polar. La hermana de la víctima ha encontrado el cadáver, y la sombra de la sospecha se cierne sobre ella. Desesperada, pide ayuda a su amiga de adolescencia, la abogada Rebecka Martinsson, que actualmente vive en Estocolmo y que regresa a su ciudad natal dispuesta a averiguar quién es el culpable. Durante la investigación sólo cuenta con la complicidad de Anna-Maria Mella, una inteligente y peculiar policía embarazada. En Kiruna mucha gente tiene algo que ocultar, y la nieve no tardará en teñirse de sangre. Con un millón de ejemplares vendidos en Suecia y publicada en todo el mundo, desembarca en nuestro país la nueva sensación de la novela negra escandinava, una autora de la que el mismísimo Stieg Larsson se confesó fan incondicional.

      Aurora boreal