Fuego blanco
- 432 páginas
- 16 horas de lectura







Barcelona. 22 cm. 444 p. Encuadernación en tapa dura de editorial con sobrecubierta ilustrada. Preston, Douglas J. 1956-. Traducción, Jofre Homedes Beutnagel. Traducción de: Still life with crows. Child, Lincoln. 1957- .. Este libro es de segunda mano y tiene o puede tener marcas y señales de su anterior propietario. ISBN: 84-672-0786-8
En la tranquila Sanibel Island, Florida, aparecen misteriosos zapatos con pies humanos cortados. El agente Pendergast, llamado de sus vacaciones, se enfrenta a un complejo rompecabezas que desafía la lógica. A medida que investiga, descubre un adversario con una agenda siniestra que lo convierte en el sujeto ideal para su cruel experimento.
Dos hermanos: uno, agente prestigioso del FBI; el otro, brillante pero retorcido criminal. Un odio sin límites entre ellos. Ahora, el crimen perfecto y el máximo reto: detenme si puedes...
El inspector Pendergast está a punto de ser vencido por su peor enemigo: su propio hermano. Parece que ha llegado la derrota definitiva para Pendergast. Su sombra, su secreto enemigo, su propio hermano Diógenes, sólo piensa en destrozarle. Pendergast, el genial detective, está en una prisión de alta seguridad, acusado de todos los crímenes cometidos por su hermano. Denostado por la policía, nada puede hacer para impedir que el plan de Diógenes tenga éxito. ¿O quizá todavía tiene una oportunidad? Diógenes ha conseguido introducirse en casa de Pendergast y seducir a su protegida Constance. A la vez, está decidido a dar un terrible golpe en un escenario muy habitual en las historia de Preston y Child: el Museo de Ciencias Naturales. Las cosas tampoco van bien allí. Una valiosa colección de diamantes fue robada y posteriormente devuelta pero convertida en polvo. Sin embargo su director recibe una gran noticia: un multimillonario ofrece financiación para restaurar una tumba olvidada durante años en los sótanos del museo y organizar una gran exposición alrededor de ella. No obstante durante las semanas de preparación las cosas empiezan a ir mal y sólo Pendergast sospecha quién puede estar detrás de todo.
La muerte de Jeremy Grove, famoso crítico de arte, es inexplicable. Su cuerpo fue encontrado en una habitación cerrada con llave desde dentro y con la marca de un crucifijo grabada en su pecho como una quemadura. Hasta los menos supersticiosos empiezan a hablar de un pacto con el diablo. Para investigar este extraño caso, el inspector Pendergast tendrá que abandonar Nueva York y viajar a un pueblo de Italia, donde veinte años atrás cuatro hombres hicieron una promesa diabólica. A partir de entonces Pendergast se ve obligado a enfrentarse con fuerzas desconocidas; hasta parece que él será la próxima víctima de una venganza abominable, a la que no está nada claro que pueda sobrevivir.
Gideon Crew, científico y ladrón brillante, sabe que tiene los días contados. Cuando su misterioso jefe le hace un nuevo encargo, Gideon Crew acepta sin pensarlo dos veces, aunque parezca una auténtica misión imposible: Tiene que hacerse con una página del Libro de Kells, un manuscrito de un valor inestimable que actualmente está expuesto en un museo de Nueva York. El sistema de seguridad que protege el libro está considerado perfecto. Sin embargo, este robo resulta ser solamente la primera de una serie de peligrosas aventuras, porque debajo de la suntuosa ilustración de la página hay un mapa del tesoro de la Antigua Grecia cuyo hallazgo podría ser mucho más valioso que cualquier tesoro material... Incluso podría salvarle la vida a Gideon.
Cuando Nora Kelly encuentra una carta que su padre dejó antes de desaparecer, dieciséis años atrás, decide organizar una arriesgada expedición en busca de Quivira, ciudad sagrada de los indios anasazi. Las dificultades para dar con ella son enormes, pero la experiencia vale la pena, puesto que Quivira es una ciudad de valor incalculable que alberga en su interior numerosos tesoros en perfecto estado de conservación. Pero su nombre significa tambiñen "ciudad de sangre", y los expedicionarios pronto descubrirán por qué. Una trepidante historia de aventuras arqueológicas, que conjuga magistralmente los conocimientos científicos con extraños elementos sobrenaturales.
A las nueve y veinte de la noche llaman al timbre de la residencia neoyorquina del agente especial Aloysius Pendergast, y la fiel Constance Greene acude a abrir. En el umbral aparece Alban, el hijo de Pendergast, cuyo cuerpo atado con cuerdas gruesas cae estrepitosamente al suelo. Está muerto. Su padre sale a la calle y persigue sin éxito a un sospechoso coche negro. Un informe dictaminará más tarde que el cadáver no presentaba signos de violencia, ni restos de alcohol o drogas. A Alban le partieron el cuello en un crimen planeado al detalle e impecablemente ejecutado, obra de profesionales. Al día siguiente el teniente Peter Angler, encargado del caso, habla con el padre de la víctima y su actitud le desconcierta: Pendergast le informa de que apenas tenía relación con su hijo, se declara incapaz de especular sobre las causas del crimen y aparentemente no tiene interés en cooperar con la investigación policial. Pero, en cuanto llega a casa, Pendergast accede a la base de datos de homicidios no resueltos y localiza los resultados de ADN del llamado Asesino de los Hoteles, cuya brutalidad mantuvo en vilo a Manhattan hace año y medio. Solo tiene una pista: la gema encontrada en el estómago de la víctima.
Cuando los submarinistas de la policía encuentran dos esqueletos unidos en un óseo abrazo entre el lodo de un río de Manhattan, Margo Green, conservadora del Museo de Historia Natural, es invitada a colaborar en la investigación. Sin embargo Margo pronto descubre que no sólo la necesitan por sus conocimientos antropológicos. Las autoridades solicitan su ayuda por razones que ella intenta olvidar: su experiencia el año anterior en el enfrentamiento con una horrenda bestia que andaba suelta por los sótanos del museo. Los esqueletos no sólo presentan señales de violencia, sino también grotescas anormalidades que apuntan inequívocamente a una sola cosa: el despertar de una pesadilla dormida