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Eduardo Lago

    Eduardo Lago crea narrativas que profundizan en las complejidades de la conciencia humana y el panorama intelectual de la existencia moderna. Su prosa, a menudo ambientada en el vibrante telón de fondo de Nueva York, explora temas de identidad, memoria y búsqueda artística con un estilo distintivo y sofisticado. Lago entrelaza magistralmente intrincadas tramas con ricas capas metafóricas, atrayendo a los lectores a sus mundos profundamente estratificados. Su importancia literaria reside en su perspectiva única sobre la vida contemporánea y su capacidad para articular sus sutilezas esenciales.

    Mów mi Brooklyn
    El asiento del conductor
    Los boys
    • Los boys

      • 202 páginas
      • 8 horas de lectura
      4,0(32974)Añadir reseña

      Junot Díaz hizo su entrada en la escena literaria con Los boys, una colección de diez relatos que se desplazan de los barrios de la República Dominicana a los suburbios de Nueva Jersey, donde «nuestra comunidad estaba separada de las demás comunidades por una autopista de seis carriles y el vertedero». Díaz, que según Newsweek combina «la mirada objetiva de un periodista con el verbo de un poeta», evoca un mundo del que han desapartecido los padres, en el que las madres luchan con inflexible determinación por sus hijos, y en el que la generación más joven hereda la crueldad, la devastadora ambivalencia y el avispado humor de unas vidas determinadas por la pobreza y la incertidumbre. Pocas veces como en el caso que nos ocupa un autor publica un primer libro precedido por el reconocimiento unánime de la crítica, que ha venido elogiando sus relatos a medida que han ido apareciendo en las revistas literarias más prestigiosas de Estados Unidos.

      Los boys
    • El asiento del conductor

      • 136 páginas
      • 5 horas de lectura

      Con estilo descarnado y seco, Muriel Spark narra en El asiento del conductor las últimas horas de Lise, una turista nórdica que se va de vacaciones a un país meridional del que nunca regresará. Como en alguna ocasión declaró la escritora escocesa, su intención al escribir fue la de «aterrorizar deleitando», máxima que se cumple de modo magistral en esta turbadora novela. De la novela David Lodge afirma: «Algunas de sus mejores obras, más que novelas, son relatos que, por su brevedad, cabe leer en una trepidante sentada. El asiento del conductor es un caso ejemplar, un extraordinario tour de force, la historia de un crimen vista al revés». Por su parte The New Yorker señala: «Una obra maestra vidriosa y pérfida. El asiento del conductor [es] de una crudeza rayana en lo espeluznante».

      El asiento del conductor
    • Dziennikarz "New York Post" otrzymuje wiadomość, że jego przyjaciel, Gal Ackerman, starszy od niego o dwadzieścia pięć lat, nie żyje. Fakt ten obliguje bohatera do spełnienia niepisanej umowy: poskładać niedokończoną powieść z setek zeszytów pozostawionych przez Ackermana w jednym z brooklyńskich moteli. Niespełnionym pragnieniem ich autora było dotarcie z książką do jedynej czytelniczki, Nadii Orłow, o której od lat nikt nie miał żadnych wieści.

      Mów mi Brooklyn