Considerado ya un clásico, agotado y buscado como libro de culto, Las armas y las letras fue en su día algo más: una mirada libre, minuciosa y completa sobre la literatura en la Guerra Civil española. Ahora,coincidiendo con el 25 aniversario de su aparición, Destino publica una edición actualizada y con nuevo prólogo de su autor.«Los estudios sobre la guerra civil y la publicación y rescate de textos originales de los protagonistas siguen creciendo, lo que justifica que vuelvan a añadirse aquí hechos, fotografías inéditas y entrecomillados desconocidos y providenciales», dice Andrés Trapiello en el prólogo.Desfilan por estas páginas cientos de escritores en amenísimas y agudas semblanzas, el célebre y el desconocido, el audaz y el cobarde, el perseguido y el perseguidor, el activista y el silencioso o silenciado,el viejo y el joven, todos buscando para sí y para su tiempo una salvación que no siempre fue posible.Andrés Trapiello consigue seguir descubriendonos lo mejor de aquellos años en una historia que muchos leyeron y leerán como una apasionante novela, pero que es, además, una mirada tan veraz comomisericordiosa, y tan necesaria como imprescindible.
Andrés Trapiello Libros
Andrés Trapiello es un poeta y prosista español cuya obra se adentra frecuentemente en temas como la memoria, la identidad y la reflexión histórica. Su escritura entrelaza hábilmente experiencias personales con referencias culturales y literarias más amplias, creando narrativas que son a la vez complejas e introspectivas. La poesía de Trapiello se caracteriza por sus vívidas imágenes y un fuerte ritmo, mientras que su prosa a menudo navega entre la reflexión ensayística y las entradas de diario ficcionalizadas. Su enfoque literario explora con frecuencia la intrincada relación entre el pasado y el presente, enfatizando la experiencia subjetiva del tiempo y su impacto en la percepción humana.






El Tejado De Vidrio
- 304 páginas
- 11 horas de lectura
En las viejas casas había siempre un Salón Chino, un Salón Pompeyano, un Salón de Baile, otro de Retratos, cada uno empapelado o pintado de un color, con unos muebles apropiados y decoración idónea... En estos palacios españoles, un tanto vetustos y destartalados, había también un salón que llamaban de Pasos Perdidos. La casa que no lo tenía no era una buena casa. Era el salón donde nadie se detenía, pero por donde se pasaba siempre que se quería ir a alguno de los otros. El tejado de vidrio es la tercera entrega de esta novela en marcha que su autor ha titulado Salón de pasos perdidos, en la que pasa de todo, menos, como ya se ha declarado en otro lugar, interesantes asesinatos en sórdidos hoteles. Lo único que se mata aquí es el tiempo que va pasando de una manera amena y sin tropiezos, como uno de aquellos viajes que se hacían antiguamente en diligencia. Estamos hablando, pues, de la vida, conjugada en todos sus tiempos, modos y personas: el humor, el relato, la suposición, el guiño, la poesía, una cierta mordacidad confiada a la ternura, las hipocondrías e ilusiones y todo lo que hace de la palabra contradicción la más humana de todas. Una de estas contradicciones, no la más menuda, es ver cómo este extraordinario Salón se ha ido llenando de lectores. Cada vez más numerosos, cada vez más solitarios y quizá por culpa de páginas como éstas, cada vez más orgullosos de serlo.
Las vidas de Miguel de Cervantes
- 384 páginas
- 14 horas de lectura
«De vivir Cervantes entre nosotros —escribe Andrés Trapiello— lo seguiríamos viendo como entonces: viejo, solitario, fracasado. Algunos piensan que no, y que le harían académico, le comprarían anteojos nuevos y le colgarían una medalla de los harapos. Qué ilusión.» De esa ilusión, tan cervantina, trata este libro; en él están las vidas de Cervantes, tantas como pudo llevar y no llevó, tantas como llevó y nos son desconocidas, tantas como se le conjeturan desde 1616.
Los amigos del crimen perfecto es una novela coral vertebrada en torno a un grupo de amantes de la novela negra que persiguen, desde hace años, tanto el estudio como la quimera de un crimen perfecto, hasta que la realidad acaba envolviéndoles en uno que, siendo un crimen perfecto, acaso ni es crimen ni perfecto.
Andrés Trapiello nos adentra en otro de sus diarios: Troppo vero, demasiado veraz, podríamos decir. En él recoge los acontecimientos correspondientes a 2002 con una prosa intacta y justa. «El impulso de llegar a ser reales es el modo más discreto y silencioso de servir a la realidad sin dejar de ser libres ni verdaderos.»


