El país de los dos ríos
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El viaje de Franz Rosenzweig, reflejando el de otras figuras prominentes, implicó un profundo retorno al núcleo de la vida judía desde un entorno asimilado. Tras sus estudios iniciales en medicina, su enfoque se desplazó hacia la filosofía, culminando en un importante trabajo académico. Una epifanía religiosa fundamental lo llevó de regreso al judaísmo, un camino que consolidó durante sus experiencias bélicas, donde compuso su obra seminal. Rosenzweig llegó a establecer un centro vital para la educación judía de adultos, dando forma significativamente a una cultura judía moderna y distintiva, mientras mantenía una profunda conexión con su entorno alemán.
Obra maestra de Rosenzweig, el más innovador de los pensadores judíos modernos. En una sistemática, tan audaz como la hegeliana, pero en completa oposición con ésta, refleja todas las vías y fases de la experiencia humana, pero situando en el centro de la interpretación no a los griegos, sino la Biblia.
El idealismo alemán es el blanco de su crítica por pretender reconducir el mundo al yo de la percepción. Frente al vacío idealista, para Rosenzweig las leyes del pensamiento no son idénticas a las leyes de la realidad. El ser pensante no es una abstracción, pues su pensamiento no se refiere sólo a su espíritu (Geist), sino a la totalidad de su existencia.