+1M libros, ¡a una página de distancia!
Bookbot

Anatole France

    16 de abril de 1844 – 12 de octubre de 1924

    Anatole France, galardonado con el Premio Nobel de Literatura, se distinguió por logros literarios brillantes, un estilo noble, profunda simpatía humana y gracia. Comenzó como poeta y periodista, pero alcanzó la fama con novelas que a menudo encarnaban su perspectiva escéptica pero perspicaz sobre la humanidad. Su obra satirizaba frecuentemente la locura humana y los prejuicios sociales con una prosa elegante y una profunda corriente filosófica. Obras posteriores exploraron profundas cuestiones existenciales y críticas de dogmas, consolidando su reputación como una voz literaria magistral, aunque a veces controvertida.

    Anatole France
    Los dioses tienen sed
    Anatole France, 1921
    La azucena roja
    Thaïs. La cortesana de Alejandría
    La Isla de Los Pingüinos
    El señor Bergeret en París
    • 2021

      El salón gris perla, donde recibía las visitas el cardenal-arzobispo, estaba guarnecido con maderas talladas, y fue decorado en tiempo de Luis XV. Descansaban sobre los ángulos de la cornisa figuras de mujer entre varios trofeos. El espejo de la chimenea, rajado transversalmente, se hallaba cubierto, en su parte baja, por un terciopelo carmesí, sobre el que realzaba su blancura nivea una imagen de Nuestra Señora de Lourdes con su lucido manto azul.

      El olmo del paseo
    • 2021

      La señora de Bergeret estaba muy satisfecha de inspirar simpatía a la señora Dellion y admiración a la señora Dutilleul. Pero, a pesar de todo, dudaba entre marcharse o no, porque su carácter era casero, y rutinario, y porque vivía satisfecha entre la holganza y la mentira. En esta coyuntura, el señor Bergeret hizo todo lo posible para librarse de su esposa, y soportó pacientemente las torpezas de María, su desastrosa criada, símbolo de la miseria, del terror y de la desesperación en aquella cocina donde, al decir de las gentes, introdujo ladrones y asesinos y sólo se manifestó por verdaderas catástrofes.

      El anillo de amatista
    • 2021

      Mientras el señor Bergeret tomaba su frugal cena, tenía a sus pies a Riquet echado sobre un almohadón. El alma de Riquet era religiosa; tributaba al hombre honores divinos y juzgaba magnánimo y poderoso a su dueño; pero, sobre todo al verle sentado a la mesa, reconocía la magnanimidad y el poder soberanos del señor Bergeret, porque si bien todos los alimentos eran para él agradables y preciosos, en particular el alimento humano parecíale augusto.

      El señor Bergeret en París
    • 2021

      En su estudio, ensordecido por el piano, donde sus hijas ejecutaban -pared por medio- ejercicios difíciles, el señor Bergeret, catedrático de Literatura de la Universidad, preparaba su lección acerca del octavo libro de la Eneida. El estudio del señor Bergeret sólo tenía una ventana, de bastante anchura, que abarcaba casi todo un lienzo de pared, por la cual solía entrar más frío que luz, pues los postigos no ajustaban, y a poca distancia de las vidrieras se alzaba un muro muy alto.

      El maniquí de mimbre
    • 2021

      En aquel tiempo, el desierto estaba poblado de anacoretas. En ambas orillas del Nilo, innumerables cabañas, construidas con ramaje y arcilla por los solitarios, se alzaban a cierta distancia unas de otras, de modo que sus ocupantes vivieran aislados, pero en condiciones de ayudarse mutuamente si hubiese necesidad. Asomaban de trecho en trecho, por encima de las cabañas, iglesias coronadas con el sino de la cruz, y a ellas se dirigían los monjes los días festivos para asistir a la celebración de los misterios y participar en los sacramentos. También había en la orilla del río casas, donde los cenobitas, recluido cada uno en estrecha celda, saboreaban mejor la soledad.

      Thaïs. La cortesana de Alejandría
    • 2016

      La Isla de Los Pingüinos

      • 288 páginas
      • 11 horas de lectura

      En este excelente parodia de la historia de la civilización, el pingüino se adopta como una caricatura de la burguesía del siglo 19.

      La Isla de Los Pingüinos
    • 1991
    • 1991

      La azucena roja

      • 207 páginas
      • 8 horas de lectura

      Un gran amor, cruel y sin ternura, un amor que no perdona. Esta es la historia de una pareja a la que rasgan los celos. De tono muy particular donde el autor se revela como un hombre dolorido, atormentado y, por allí, difiere del personaje erudito y escéptico que se acostumbraba al público. Para Teresa como para Dechartre "el amor es el más insociable, el más salvaje de las pasiones". Pasión que Francia situó en primer lugar en Florencia - el lirio florentino - luego en París, en un marco mundano, ahora evocador de un medio y de un tiempo, como el de Proust bajo otro alumbrado. Si La azucena roja (1894) guardó su forma insatisfecha, lo debe seguramente a que es el reflejo de un amor vivido, el que ha vinculado numerosos años a Anatole France con su amiga, la Sra. de Caillavet.

      La azucena roja
    • 1972