Etty Hillesum

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En junio de 1942, en medio de la aniquilación de la comunidad judía en los Países Bajos, una joven de 27 años escribía en una pequeña habitación de Ámsterdam: «Lo que vivo en mi interior, y que no es únicamente mío, no tengo derecho a guardármelo para mí sola...». Este mensaje, confiado a cuadernos escolares, ha llegado a nosotros tras medio siglo de silencio. En 1981, un editor decidió publicar fragmentos de su escritura, que ya han sido traducidos a catorce idiomas. Nos encontramos así ante una de las cumbres de la literatura holandesa y un proceso interior de intensa profundidad. Etty, que desapareció en Auschwitz en 1943, sentía que "será preciso que alguien sobreviva para atestiguar que Dios estaba vivo incluso en un tiempo como el nuestro. ¿Y por qué no iba a ser yo ese testigo?". Su testimonio, personal y espiritual, crea un lenguaje propio y refleja una modernidad que anticipa lo que más tarde se denominará «teología de después de Auschwitz». Paul Lebeau, jesuita y profesor de teología desde 1961, ha escrito sobre Patrística, ecumenismo, arte cristiano y antropología de la vida religiosa. Actualmente, realiza ministerio pastoral en instituciones europeas en Bruselas y Luxemburgo.