+1M libros, ¡a una página de distancia!
Bookbot

Lawrence Graver

    Esperando a Godot
    Beckett
    An obsession with Anne Frank
    • Recounts the efforts of writer Meyer Levin to bring Frank's diary to the American public after the war and his search for the meaning of his Jewish identity

      An obsession with Anne Frank
    • Beckett

      Waiting for Godot 2ed

      • 128 páginas
      • 5 horas de lectura

      Focusing on Beckett's iconic play, the volume provides an in-depth critical analysis of its themes, characters, and structure. It explores the philosophical underpinnings and the existential questions posed throughout the narrative, offering insights into the play's significance in modern literature. The study examines the interplay of humor and despair, highlighting the innovative techniques Beckett employs to challenge traditional storytelling. Overall, it serves as a valuable resource for understanding the complexities of this seminal work.

      Beckett
    • Esperando a Godot

      • 160 páginas
      • 6 horas de lectura

      Cuando en 1953 se estrenó en París Esperando a Godot, casi nadie sabía quién era Samuel Beckett, salvo, quizá, los que ya lo conocían como ex secretario de otro irlandés no menos genial: James Joyce. Por aquellas fechas, Beckett tenía escrita ya gran parte de su obra literaria; sin embargo, para muchos, pasó a ser "el autor de Esperando a Godot". Se dice que, desde aquellas primera puesta en escena --Que, realizada por el gran Roger Blin, causó tanta estupefacción y obtuvo tanto éxito-- hasta nuestros días, no ha habido año en que, en algún lugar de nuestro planeta, no se haya representado Esperando a Godot. ¡Más de cuarenta años en los escenarios del mundo! El propio Beckett comentó en cierta ocasión, poco después de recibir el Premio Nobel de Literatura en 1969, que Esperando a Godot era una obra "horriblemente cómica". Sí, todo lo horriblemente cómica que puede resultar, a fin de cuentas, la angustiosa situación límite de dos seres cuya vida y grotesca solidaridad se forjan en la absurda y vana espera de es quién sabe qué (o quién) al que llaman Godot...

      Esperando a Godot