El dolor
- 224 páginas
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Marguerite Duras fue una autora cuyas primeras novelas tenían una forma bastante convencional, pero con Moderato Cantabile se volvió más experimental. Redujo sus textos para dar cada vez más importancia a lo que no se decía, y se asoció con el movimiento literario Nouveau roman, aunque nunca perteneció definitivamente a ningún grupo. Sus películas también son experimentales, a menudo prescindiendo del sonido sincronizado y utilizando la voz en off para aludir a una historia sobre imágenes cuya relación con lo dicho puede ser tangencial. Duras exploró frecuentemente temas de memoria, deseo y violencia, entrelazando elementos autobiográficos con la ficción y examinando las complejidades de las relaciones humanas.
Tres personas —una mujer encinta, un viajero y un hombre que camina— han terminado por encerrarse, cada una de ellas con alguna poderosa razón, en el espacio abierto de una isla. Sólo ellas tres parecen ocupar el espacio soleado y ventoso de la playa desierta delimitada, a un lado, por el malecón y, al otro, por el río. En su melancólico vaivén, se miran a sí mismas y entre sí en el silencio atemporal, con la mirada hueca y fría de quienes han llegado al final. Todo parece haber quedado atrás: entre los brazos de una esposa y de sus hijos para el viajero; en un remoto salón de baile para la mujer encinta; y en el recuerdo intenso de un nombre olvidado para el hombre que camina. Pero, de pronto, por un instante, un atisbo de deseo vuelve a animarlas; se acercan, se rozan, se hablan, se interrogan en la noche, ante el mar… ¿El amor?
Una joven empleada de hogar y un vendedor ambulante coinciden en un banco de uno de esos parques que embellecen algunas plazas de París. Marguerite Duras se sirve de este encuentro casual para enfrentar dos visiones opuestas del mundo y de la vida: la mujer, rebelde, espera un marido que la saque de su infelicidad; el hombr e, resignado, carece de valor para dar un giro a su existencia. En este magnífico y revelador diálogo, una obra esencial de la escritora francesa, se desnudan dos almas para escapar de su angustiosa soledad, sin cerrar la puerta a la esperanza de aproximar unas posturas aparentemente tan alejadas.
Al hilo de la conversación con Michelle Porte y de las fotografías que ilustran el libro, Marguerite Duras va desgranando su relación con los espacios que han marcado su vida y su obra: desde los bosques tropicales de su infancia en el sudeste asiático a su casa de campo en Francia, escenario de varias de sus películas.
Premio Goncourt en 1984 y llevada al cine en 1992, esta novela autobiográfica narra, con la intensidad del deseo, la historia de amor entre una adolescente de quince años y un acaudalado comerciante chino de veintiséis, que se desarrolla en los escenarios coloniales de Indochina. Esa jovencita, bellísima pero pobre, no es otra que la propia Marguerite Duras, quien rememora no solo su singular vivencia sino también las apasionadas y tensas relaciones que desgarraron a su familia y que, prematuramente, grabaron en su rostro los implacables surcos de la madurez.
Escribe Marguerite Duras: B+ Cuando, en 1990, supe que el amante chino de El amante habia muerto hacia ya muchos anos abandone el trabajo que estaba haciendo. Escribi la historia del amante de la China del Norte y de la nina. (b&) Escribi este libro en la enloquecida felicidad de escribirlo. Permaneci un ano en esta novela, encerrada en aquel ano de amorB; . Y si Marguerite Duras vuelve a esta historia extraordinaria es porque, como veremos, al revivirla reaparecen de pronto, con una nitidez y una precision hasta ahora ineditas, no solo los personajes de Thanh, el huerfano de las montanas de Siam, o del adorado hermano pequeno, el nino B+diferenteB; , incestuoso, o de la madre, ligeramente alelada, o de Helg-% Lagonelle, esa amistad B+raraB; , o del terrible hermano mayor, sino tambien, con detalles hasta ahora no contados, la trama de las extranas relaciones entre ellos. Aqui todos ellos hablan, B+se explicanB; , ocupan su lugar en la historia.
A todos emociona sin duda esta narración autobiográfica en la que la autora expresa, con la intensidad del deseo, esa historia de amor entre una adolescente de quince años y un rico comerciante chino de veintiséis. Esa jovencita bellísima, pero pobre, que vive en Indochina, no es otra que la propia escritora quien, hoy, recuerda las relaciones apasionadas, de intensos amor y odio, que desgarraron a su familia y, de pronto, grabaron prematuramente en su rostro los implacables surcos de la madurez. Pocas personas -y en particular mujeres- permanecerán inmunes a la contagiosa pasión que emana de este libro.