Milena Busquets teje narrativas que profundizan en la intrincada red de las relaciones humanas y las vidas interiores de sus personajes. Su escritura se distingue por una sutil ironía y una aguda perspicacia psicológica. Busquets explora temas como la pérdida, la memoria y la búsqueda de identidad con una sensibilidad excepcional. Su prosa destaca por su lenguaje preciso y su habilidad para capturar la fragilidad de la existencia humana.
This is a novel about the past that we think we have forgotten but that haunts us, about the losses that mark us and the need to say goodbye. But it is also a novel about the desire to live and the small joys of everyday life, about love -lovers, children- and about the friendships that accompany us even after disappearing.
Cuando era niña, para ayudarla a superar la muerte de su padre, a Blanca su madre le contó un cuento chino. Un cuento sobre un poderoso emperador que convocó a los sabios y les pidió una frase que sirviese para todas las situaciones posibles. Tras meses de deliberaciones, los sabios se presentaron ante el emperador con una propuesta: «También esto pasará.» Y la madre añadió: «El dolor y la pena pasarán, como pasan la euforia y la felicidad.» Ahora es la madre de Blanca quien ha muerto y esta novela, que arranca y se cierra en un cementerio, habla del dolor de la pérdida, del desgarro de la ausencia. Pero frente a este dolor queda el recuerdo de lo vivido y lo mucho aprendido, y cobra fuerza la reafirmación de la vida a través del sexo, las amigas, los hijos y los hombres que han sido y son importantes para Blanca, quien afirma: «La ligereza es una forma de elegancia. Vivir con ligereza y alegría es dificilísimo.» Esta y otras frases y el tono de la novela, tan ajena a cualquier concesión a lo convencional, evocan aquella Bonjour tristesse de Françoise Sagan, que encandiló a tantos (y escandalizó a no pocos) cuando se publicó en 1954. Todo ello en el transcurso de un verano en Cadaqués, con sus paisajes indómitos y su intensa luz mediterránea que lo baña todo.
Čtyřicetiletá Blanka právě pohřbila matku a jako by s ní přišla i o rozum. V rozpálené Barceloně nemůže ve svém zármutku ani dýchat a útočiště hledá v přímořském městečku Cadaqués, kde v dětství trávila s mámou prázdniny. Na důvěrně známých místech se melancholie se střídá s vášnivostí, vzpomínky s obavami o budoucnost. A pod zdánlivou lehkostí letních dní se skrývá nebývale otevřená úvaha o lásce, sexu, manželství, přátelství a rodičovství.
Sie ist Autorin, Mitte vierzig, alleinerziehende Mutter zweier Kinder, und obwohl ihre Beziehungsversuche meist scheitern, fühlt das Leben sich sehr behaglich an: Barcelona, der Sommer am Meer, die Körper, die Bars, eine beherzte Leichtigkeit. Bis ein Gespenst sie überfällt, eine jähe Erinnerung: an Gema, die allerbeste Kindheitsfreundin, die fünfzehnjährig unrettbar an Krebs erkrankte. Was wäre wohl aus ihr geworden? Wann hatten sie und Gema einander zuletzt gesehen? Und warum ist die Erinnerung an die verlorene Freundin so verblasst? Um dieser plötzlichen Erscheinung nachzuspüren, macht sie sich auf die Suche, geht Fotoalben durch und alte Schülerzeitungen, spricht mit den damaligen Freundinnen. Doch keine scheint sich zu erinnern. Keine außer ihr selbst – oder bildet sie sich das alles nur ein? Meine verlorene Freundin handelt von der Vergangenheit, die wir vergessen haben und die uns immer wieder heimsucht. Milena Busquets erzählt leicht und lebhaft und tiefgründig, von Liebe und Abschied und von einer Freundschaft, die weit über ihr viel zu frühes Ende hinaus fortzudauern scheint.