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Ludwig Wittgenstein

    26 de abril de 1889 – 29 de abril de 1951

    Wittgenstein fue un filósofo austro-británico cuyo trabajo se centró en la lógica, la filosofía de las matemáticas, la mente y el lenguaje. Fue considerado un genio cuyas ideas inspiraron dos movimientos filosóficos principales del siglo XX. Sus obras se encuentran entre los textos filosóficos más importantes del siglo XX, destacando una como una obra maestra que atrae a diversas especializaciones y orientaciones filosóficas. La influencia de Wittgenstein se ha extendido a casi todos los campos de las humanidades y las ciencias sociales, aunque su pensamiento es objeto de interpretaciones muy divergentes.

    Ludwig Wittgenstein
    Tractatus logico-philosophicus
    Sobre la certeza
    Movimientos del pensar
    Gramática filosófica
    Tratado lógico-filosófico
    Investigaciones filosóficas
    • Tratado lógico-filosófico

      • 250 páginas
      • 9 horas de lectura

      Un siglo de la publicación del Tratado lógico-filosófico podemos acreditar que las tesis y propuestas, los argumentos y las refutaciones expresadas en dicho libro siguen generando debates. Esto se debe, sin lugar a dudas, a que ha de considerarse una obra imprescindible en la filosofía del siglo XX. En el libro se dilucidan numerosas cuestiones que conciernen asuntos tan dispares como la ontología, la epistemología, la lógica y hasta el misticismo. Pero, ante todo, en estas páginas se presenta una nueva forma de expresar los problemas filosóficos. Si comparamos este libro con cualquier trabajo publicado antes y después de su impresión observaremos el abismo que existe en su modo de expresión. Wittgenstein centra sus esfuerzos en renovar los usos del lenguaje filosófico. De este modo, los contenidos adquieren un efecto completamente distinto ya que son reubicados. El modo particular de plantear y disponer los problemas genera un nuevo acceso lo que requiere a su vez una solución distinta. Con ello, este libro lleva implícito una crítica implacable a los usos dominantes del lenguaje en la filosofía tradicional. De esa manera hay que entender el Tratado como una crítica del lenguaje y a los usos mitológicos que se lleva a cabo en el discurso académico

      Tratado lógico-filosófico
    • Sobre la certeza

      • 192 páginas
      • 7 horas de lectura

      A mediados de 1949 Wittgenstein pasó una temporada en Ithaca, donde Norman Malcolm volvió a despertar su interés por el filósofo Moore y su obra En defensa del sentido común, que contiene la afirmación de que el sentido común permite saber con certeza que ciertas cosas son verdaderas. Hacía tiempo que Wittgenstein se interesaba por este ensayo por considerarlo el mejor que Moore escribió jamás. El presente libro contiene todas las reflexiones que Wittgenstein anotó sobre este planteamiento de la certeza durante el último año y medio de su vida. En ellas se perfila un esfuerzo por legitimar la certeza subjetiva acerca del mundo exterior en comparación con la certeza objetiva de la matemática, tema que, en adelante, ocuparía intensamente a la filosofía analítica y también las controversias en torno a la inteligencia artificial. Estos apuntes, escritos en cuatro períodos distintos, forman un conjunto temáticamente coherente, dedicado a probar la verdad contenida en el sentido común. Todos los apuntes quedaron en su primera versión manuscrita, ya que el filósofo no estuvo a tiempo de reelaborarlos de cara a una edición. Como es habitual en la edición de los textos de Wittgenstein, el presente volumen presenta una versión bilingüe, incluyendo el texto original alemán.

      Sobre la certeza
    • Tractatus logico-philosophicus

      • 175 páginas
      • 7 horas de lectura
      4,1(18276)Añadir reseña

      El Tractatus logico-philosophicus de Ludwig Wittgenstein (1889-1951) constituye uno de los iconos culturales del siglo XX. Sin duda una de las obras capitales y de mayor influencia de la filosofía occidental, se encuentra también entre las más citadas por pensadores de posiciones filosóficas hartamente dispares. Por un lado, su estilo es cautivador: sus lacónicos párrafos de apariencia aforística —aunque encajados dentro de una muy trabajada estructura indicada por una numeración característica— son una especie de “trinos sincopados” con diferentes tempi musicales. Por otro, la descripción de su contenido tiene tintes heroicos: «El libro trata de los problemas de la filosofía y muestra [...] que el planteamiento de estos problemas descansa en una mala comprensión de la lógica de nuestro lenguaje. » Esta edición castellana del Tractatus incluye el famoso prólogo que Bertrand Russell escribió para la edición de 1922. La traducción, introducción y notas han sido realizadas por Luis M. Valdés Villanueva.

      Tractatus logico-philosophicus
    • Esta obra es muy particular dentro de las publicaciones wittgensteinianas. En primer lugar, por el interés general y profundo, también extrafilosófico, de los temas que trata. Además, por la facilidad con que lo hace, que no suele ser habitual en la obra directa de Wittgenstein, por la peculiaridad de su elaboración y edición asistemática y entrecortada. Se trata de apuntes de alumnos y amigos, que, naturalmente, resumen y simplifican, en lo que pueden, el pensamiento del maestro, expuesto en clases y conversaciones, sobre el lenguaje estético, normalmente un interjeccionismo sentimental que no se autorreconoce así; sobre el lenguaje psicoanalítico, una mitología poderosa por su vano atractivo; y sobre el lenguaje religioso, que trata sobre unos referentes y responde a vivencias tan extrañas y graves que para tratarse de un error sería un error demasiado grande. La introducción del profesor Isidoro Reguera, catedrático de filosofía de la Universidad de Extremadura, relaciona las cuestiones aquí planteadas con el contexto entero de la obra wittgensteianiana.

      Lecciones y conversaciones sobre estética, psicología y creencia religiosa