Wolfgang Koeppen se erige como uno de los autores alemanes más significativos de la posguerra. Sus obras se distinguen por técnicas literarias modernas, como el flujo de conciencia, y ahondan profundamente en temas de identidad y sociedad en el período de posguerra. El estilo distintivo de Koeppen captura las complejidades de la experiencia humana, y su importancia literaria es reconocida por su impacto en la literatura alemana.
Las Anotaciones de Jakob Littner desde un agujero bajo tierra narran el terrible infortunio de Jakob Littner, un comerciante judío de Múnich, desde la noche de 1938 en que lo detienen en su casa para ser deportado a Polonia, hasta su liberación en 1944 de un sótano donde le había escondido, previo pago, un noble arruinado, en la localidad polaca de Zbaraz.
Wolfgang Koeppen alcanzó la celebridad con sus tres novelas Palomas en la hierba, El invernadero y Muerte en Roma, todas ellas escritas en los años cincuenta. Palomas en la hierba fue escrita poco después de la reforma monetaria, «cuando empezó el milagro económico en la parte occidental de Alemania». Koeppen hace una descripción descarnada de una sociedad abrumada por los rastros de la guerra, una sociedad que analiza en términos políticos en El invernadero, en busca de los residuos de aquellas ideologías y comportamientos que llevaron al fascismo y a la guerra. Muerte en Roma es la historia de un puñado de personas que coincide en esta ciudad después de la Segunda Guerra Mundial. Es en Roma donde el pasado sale a la luz y se enreda con el presente. La crudeza con que Koeppen trata en estas tres novelas temas considerados tabú y su crítica social feroz del clima en Alemania después de la guerra provocó en aquella época críticas muy distintas.
Die Sammlung umfasst drei Teile: Volksmärchen, Kunstmärchen der Romantik und Märchen des 20. Jahrhunderts. Sie bietet reichlich Lesestoff zur Neuentdeckung der Märchenwelt.
Der Text beschreibt eine melancholische Reise durch verschiedene Themen wie Verlobung, Einsamkeit, Anarchie und Thanatologie, mit Bezug auf Orte und Emotionen, die in einem romantischen Café zusammenfließen.
Halte mich in gutem Angedenken auf meinem Phantasieroß - so schrieb Wolfgang
Koeppen in seinem letzten Brief an seinen Verleger Siegfried Unseld. Damit
kennzeichnete er die sein Schreiben prägende Lebenshaltung: Ihn lockten die
Flügel des Ikarus und der Zauberteppich des Märchens. Zugleich wies er damit
die Legende vom verstummten Erzähler zurück. Der erste Band erzählender Prosa
aus dem Nachlaß mit bisher 170 unveröffentlichten Texten widerlegt diese
Legende eindrucksvoll und zeigt die durch die Jahrzehnte ungebrochene
Fabulierfähigkeit dieses Autors. Die Sichtung des Nachlasses des 1996
Verstorbenen hat ergeben, daß Koeppen, auch wenn er wenig publizierte, sehr
vieles, sehr Gelungenes geschrieben hat. Seine Arbeitsweise erklärt, warum er
sich selten zur Publikation entschloß: Seine Erzählungen schrieb er wieder und
wieder um, sie waren für ihn nie fertig, er besaß ein ständiges
Verfeinerungsbedürfnis. In sieben Teile hat der Herausgeber die Prosa Wolfgang
Koeppens unterteilt: Sie beginnt mit frühen Versuchen aus dem Jahre 1923 und
endet mit der letzten veröffentlichten Erzählung Koeppens: Im Hochsitz.