Una estancia en el valle persa del río Lahr, es la excusa para reelaborar un texto anterior y convertirlo en el espejo de sus dramas íntimos
Annemarie Schwarzenbach Orden de los libros






- 2017
- 2010
Ver a una mujer
- 76 páginas
- 3 horas de lectura
En el lujoso hall de un hotel de Saint Moritz, en pleno invierno, mientras las sombras alargadas del atardecer caen sobre los campos nevados, entre el gentío del bar y las notas de jazz se cruzan las miradas de dos mujeres. De ese instante surge una pasión dolorosa y fascinadora, un anhelo que parece irrealizable, y que Annemarie Schwarzenbach relata, con una sensibilidad extrema para describir el deseo que le provoca la desconocida, en estas páginas tempranas de cuando tan solo contaba con veintiún años. Ver a una mujer, descubierto recientemente en el Archivo Suizo de Literatura, presenta, con la fuerza propia de las imágenes de esta viajera incansable, el único texto ubicado en su país natal, un paisaje donde la autora dice sentirse «más liviana que en cualquier otra parte» y al que dice querer «como se quiere a una mujer hermosa».
- 2003
De expresión inmensamente triste, rara belleza y vida trágica, Annemarie Schwarzenbach no dejó indiferentes a cuantos la conocieron, como Thomas Mann y sus hijos, André Malraux y Carson McCullers, quien le dedicó su libro Reflejos en un ojo dorado. Viajó a Persia una y otra vez atraída por su pasado, los desiertos, los jardines paradisíacos, los valles solitarios. Escrito en 1936, este «diario impersonal», como ella lo definió, es una mezcla de autobiografía, crónica de viaje y ficción, donde la voz desgarrada de la narradora se funde con la grandeza turbadora de unos paisajes convertidos en espejo de sus miedos, su soledad y su amor por una joven turca.