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Günther Anders

  • Reinhold Hoffmann
  • Günther Christian
12 de julio de 1902 – 17 de diciembre de 1992
Death be Not Proud
Llámese cobardía a esa esperanza
George Grosz
Hombre sin mundo
Nosotros, los hijos de Eichmann
La batalla de las cerezas
  • 2013

    Si para Arendt ese matrimonio no fue más que una forma de escapar del que fuera su gran amor de juventud, Martin Heiddeger, para Anders, en cambio, ella fue el primer y verdadero amor de su vida. Por ello, en la Navidad de 1975, tras el fallecimiento de Arendt, recuperó los apuntes de los años berlineses vividos con ella; y no fue hasta 1985 que este texto adopto su forma definitiva por vez primera en lengua castellana. El diálogo que se estableció entre ambos es el que marcará, con distinto éxito, la trayectoria de estos dos grandes filósofos. El escenario es un balconcito de la minúscula habitación en la que habitan. Günther y Hannah están sentados uno frente al otro. En el centro, un enorme cesto de cerezas. La batalla puede comenzar.

    La batalla de las cerezas
  • 2007
  • 2005
  • 2001

    Nosotros, los hijos de Eichmann

    • 98 páginas
    • 4 horas de lectura

    Adolf Eichmann fue el principal responsable del transporte de los judíos a los campos de exterminio. En una carta abierta a su hijo Klaus, Gunther Anders aborda este oscuro capítulo de la historia, concluyendo que no es solo un recuerdo del pasado, sino que todos somos herederos del mundo de Eichmann, donde las máquinas de exterminio han dejado huellas que superan nuestra capacidad de comprensión. Este contexto plantea el riesgo de que, sin resistencia y conciencia, nos convirtamos en engranajes de esas mismas máquinas, y que nuestra fuerza moral se debilite ante su poder, transformándonos en versiones de Eichmann. Para la reedición de la carta, motivada por eventos actuales, Anders añadió una segunda carta a Klaus Eichmann, donde señala que, aunque Stalin permitió innumerables víctimas, nunca concibió la idea de una liquidación industrial de masas humanas, como lo hicieron Hitler y su padre. Esta distinción es crucial y ningún historiador alemán, en la "Disputa de los historiadores," ha atribuido a Stalin un crimen similar. La reflexión de Anders nos invita a considerar las implicaciones éticas de nuestra propia era y la responsabilidad que tenemos frente a la historia.

    Nosotros, los hijos de Eichmann